Introducción.
«Entramos en la Semana Grande, Semana Santa, Semana Mayor; no porque sus días sean más grandes que los demás, los hay más largos; sino porque en ellos han sido llevadas a cabo por el Señor cosas admirables» (S. Juan Crisóstomo). Algunos se podrían preguntan, ¿por qué la Iglesia dedica tanto tiempo a preparar, celebrar y hablar de la Semana Santa? La respuesta es sencilla: en ella sucedieron los principales acontecimientos de nuestra fe. Si leemos detenidamente los Evangelios, nos daremos cuenta de que sus autores dedican a narrar los últimos días terrenos de Jesús por lo menos ¡un tercio! de sus obras. S. Mateo dedica 2 capítulos a la infancia del Señor, 14 a su vida pública en Galilea, 4 a su caminar hacia Jerusalén y 8 a los acontecimientos situados entre el Domingo de Ramos y la Resurrección. S. Marcos no habla de la infancia, narra en 8 capítulos la actividad de Jesús en Galilea, en 2 su camino a Jerusalén y en 6 más lo que nosotros llamamos Semana Santa. Como vemos, ya desde los tiempos apostólicos, la Iglesia centró su mirada en estos días, que llamamos «santos» y que alcanzan su punto culminante en la Pascua del Señor. Nos acercamos a los textos bíblicos para comprender mejor cómo vivió Jesús los últimos días de su existencia terrena. Esto nos ilumina para saber cómo debemos vivir nosotros la Semana Santa.
1. Primera Parte.
2. La Fiesta De Pascua.
3. La Resurrección De Lázaro (Jn 11, 1-54).
4. La Entrada Triunfal En Jerusalén.
5. La Maldición De La Higuera Estéril.
6. La Purificación Del Templo.
7. Predicación En El Templo.
8. Controversias Con Las Autoridades.
2. Segunda Parte.
9. La Unción En Betania.
10. La Cena De Despedida.
11. Jesús Asocia Sus Discípulos A Su Pascua.
12. El Lavatorio De Los Pies (Jn 13).
13. La Institución De La Eucaristía.
14. El Sacerdocio Ministerial.
15. El Mandamiento Del Amor Hasta El Fin.
16. Getsemaní.
3. Tercera Parte.
17. Detención (Entrega).
18. El Proceso Judío.
19. El Proceso Romano.
20. Crucifixión Y Muerte.
21. La Muerte Según Las Escrituras.
22. Señales De Esperanza.
23. El Descenso A Los Infiernos.
24. Orando Con María.
25. El Abandono.
26. La Resurrección.
Los Santos Papas de la Luz

SÚPLICAS
DE JUAN PABLO II
"Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.
"Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.
La Sabiduría de Dios
Advertencia preliminar Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no rechaces la enseñanza de tu madre, porque son una diadema de gracia para tu cabeza y un collar para tu cuello.
San Miguel Arcangel
San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra las perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tu príncipe de la milicia celestial
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén.

Para pedir la protección del Cielo:
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por ti, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.